martes, 9 de junio de 2009

La atmósfera del hogar

La maldición de Jehová está en la casa del impío; Mas él bendecirá la morada de los justos. Proverbios 3.33
Para que Dios more en el hogar se necesita que cada miembro sea creyente en Dios, la biblia marca las directrices a seguir en la fonación de hogares.
Cuando un joven se va de su casa, debe ser cuando se case, no antes, (Dejará a su padre y a su madre)
Solo hay un marido y una mujer (No hay más de uno) y la relación marcada por la biblia es Hombre-mujer (No otra)
El matrimonio es establecido para procrear hijos, por lo tanto en la relaciones de moda (H-H, M-M, H-B, B-M), esto no es posible.
El matrimonio es entre creyentes y no en yugo desigual, con amor cristiano y en armonía.
El hogar se establece bajo las normas que Dios dio.
No es lo mismo dejar que Dios entre al corazón a que Dios entre al hogar.
Hogares que albergaron la presencia de Dios:
Juan 12.1-3 El hogar de Lázaro y sus hermanas.
2º Samuel 6.10-11 La casa de Obed Edom(un hogar temeroso de Dios)
Marcos 14.13-15 Reciben a Jesús en un aposento o cenáculo
Hechos 12.12 El hogar de María madre de Juan Marcos, allí se reunía la Iglesia, pues estaban juntos orando
Hechos18.1-2, 18 Pablo en el hogar de Aquila y Priscila, albergaron al siervo de Dios.
2º Reyes 4.8-17 Eliseo y la sunamita una viuda albergo al profeta de Dios.
Job 31.32 Job abría sus puertas al caminante.
1ª de Pedro 4.9 Hospedar sin murmuraciones.
Mateo 10.42 Dar a nuestros hermanos y siervos de Dios.
Un hogar se debe caracterizar por albergar a los siervos de Dios y a la Iglesia, para ello debemos poseer las condiciones de un verdadero hogar cristiano, es decir tener el ambiente propicio para ello.
Invitamos al Señor por medio de la oración, lo invitamos al corazón, por medio de un culto lo invitamos a nuestros hogares, por eso es importante que celebremos cultos en nuestras casas. Invitemos al Señor a nuestro hogar, a sus siervos, a la Iglesia y habrá bendiciones en nuestro hogar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que importante es que se tenga Cristo en el Hogar, es el quien lo formó y sin duda alguna es èl quien debe tener la invitación permanente a permanecer en ese hogar. Muchas veces nos sentimos perdidos, confundidos y derrotados en el mar de la vida cotidiana y sin fuerzas y ànimo para continuar, pero que diferencia se marca en el momento de llegar al Hogar, el descanso, el gusto y la alegría que da estar junto de los seres queridos o más amados y sin embargo muchas veces encontramos pleitos, dudadas, tristezas y oh sorpresa, desolación y todo por que no hicimos nustro deber, invitar a Jesús a descansar en nuesto hogar, que prácticas tan bellas tenian en la antiguedad y que ahora las hemos olvidado, ojalá tengamos la oportunidad de practicarlas y de que nuestros hogares sean bendecidos por la presencia de Dios cada día.

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