27 de Octubre
de 2019
Día del Señor, día en que gustosos acudimos a un
nuevo encuentro que nos permita ver con claridad las maravillas que su Santa
Palabra nos enseña. Día también de agradecer por una mañana más en que nos
gozamos de la compañía de los hermanos, la comunión con el Espíritu Santo y la
bendita intercesión del Señor Jesús.
Día calendarizado para escuchar desde temprana hora
la vida y obra de los reformadores a través del Instituto de la Reforma. Datos
históricos que nos enseñan vidas consagradas a la verdad del evangelio de Dios.
Varones que el Señor levanta en todo tiempo para
que su Palabra sea explicada al pueblo y sea dado el alimento que como una semilla
será sembrada en el corazón del hombre para que a su tiempo de fruto.
Tiempo de conocer las biografías que nos mostrarán
que las adversidades a las que se tuvieron que enfrentar en un mundo lleno de
idolatría y perdición donde la palabra de Dios estaba secuestrada por un grupo
muy pequeño que no permitía que llegara al pueblo.
El oscurantismo llenó todos los ámbitos de la vida
y el quehacer humano, las tinieblas de la ignorancia hicieron que los hombres
anduvieran en sombras de ignorancia.
Es en este entorno adverso que se hacen más
visibles los abusos de un clero dominado por el papado, a los cuales lo único
que los mueve es el afán de poder. Se convierten en grandes señores y se rodean
de lujo y oropel derivado de una ambición excesiva por las riquezas.
Se olvidan de Dios y el mundo los corrompe.
La iglesia católica que se hace llamar la iglesia
de Cristo corrompe la sana doctrina, venera santos fallecidos y se inventa el
purgatorio para las almas después de la muerte.
Y caen en una excesiva idolatría adorando imágenes
y reliquias.
En este mundo convulso y de ignorancia alrededor
del año 1180 se da a conocer la predicación de unos cuantos hombres dirigidos
por Pedro Valdo, se les llamó Valdenses y predicaban la pobreza así como el regreso al
cristianismo primitivo y la fe que una vez fue dada a los santos según el
modelo de los apóstoles.
Su área de influencia fue en Francia, Italia y
España, exhortaban al arrepentimiento y recitaban largos pasajes de la Biblia.
Fueron objeto de persecución y tortura.
Hubo un grupo más en
esos tiempos de ignorancia que se llamaron los Cátaros, influenciaron en una
determinada parte de Francia, e influyeron tanto en gentes sencillas, como
personajes muy relevantes de la historia.
La persecución de los cátaros, por parte de los
gobernantes, en especial del papa y el rey de Francia, fue de una inusitada
violencia, en donde los cátaros jamás se retractaron de sus ideas.
Ellos señalaron las
malas conductas del clero, mostraron su rechazo a los papas, atacaron la
doctrina del purgatorio y el culto a las imágenes.
A fin de frenar
primero y elimina después la religión cátara, se constituyó la Inquisición, en
la persecución y castigo de toda herejía que no estuviera de acuerdo con los
dogmas del catolicismo.
Hombres valientes
que lucharon contra la opresión de la iglesia romana y su poder, ellos fueron
los que antecedieron a Lutero, Calvino, Zwinglio, Melachton etc…
Juan Wycliffe en
Inglaterra, siglo XIV
En sus conferencias denunciaba
al papa por:
- Sus usurpaciones.
- Su pretendida
infalibilidad.
- Su soberbia.
- Su avaricia y
tiranía.
- Sus engaños y
supersticiones.
- El lujo y exceso
de los obispos.
-Fue el primero en
llamar Anticristo al papa.
Juan Hus en Bohemia, al término del siglo XIV
e inicio del s. XV
Hombre estudioso,
decano y rector de la Universidad de Praga:
Estudioso y difusor
de los escritos de Wycliffe.
A pesar de ser
llamado a comparecer ante la corte de Roma, no cesó en su propósito.
Girolamo Savonarola,
en Florencia, Italia:
Su objetivo fue
desafiar la corrupción papal en su propio territorio:
- Durante un tiempo
pareció que tenía éxito una reforma en su ciudad.
- Se le ordenó
guardar silencio, ante su negativa fue excomulgado, encarcelado y sentenciado a
morir en la horca, posteriormente fue quemado, con la intención de que no
quedara rastro de él y su osadía.
Y así con el ejemplo
y obra de estos grandes personajes, a los cuales a veces ni se les menciona en
el histórico cambio que hubo en la llamada reforma protestante cerramos la
primera parte del instituto.
Un breve preámbulo para llevar a cabo la elección
para la nueva mesa directiva de la Escuela Dominical que habrá de fungir en el
año 2020.
Segunda parte
Cuyo título es la Reforma en la Iglesia y en
Nuestras Vidas
Una Iglesia que
verdaderamente se preocupa por su feligresía es aquella que:
Enseña la verdad
Nos hace
responsables
Proporciona un
compañerismo real
Ayuda a profesar
nuestra fe sin avergonzarnos de ella
Nos acepta como una
sola familia
Ayuda a la
santificación de nuestras vidas
Disciplina y
amonesta con amor el pecado
Mantiene un enfoque
en Dios
Somos una iglesia
que nace de una reforma protestante que a lo largo de los años también tuvo
divisiones, debido a los pensamientos e ideas erróneas de hombres que nada
tienen que ver con la Palabra de Dios, es así que nuestra iglesia es
Teocéntrica, sujeta a la soberanía de Dios y no en la autonomía del hombre. Que
cree en la Revelación Divina y no en la razón humana, así como en la predestinación
divina y no en un libre albedrío mal entendido.
Es por ello que somos
herederos de cinco puntos teológicos que nacieron de la reforma
protestante y resumen de manera sencilla pero profunda, las grandes verdades a
las que hoy tenemos conocimiento.
.SOLA SCRIPTURA: La
Palabra de Dios es la máxima autoridad en materia de fe y práctica. Por tanto,
nada que contradiga la revelación de Dios puede regular la vida del creyente (Gálatas
1:6-10; 2 Timoteo
3:16; 2 Pedro 1:3).
El mejor ejemplo de sola Scriptura
se encuentra
en Jesús, quien siendo Dios, enfrentó a Satanás en la autoridad
de las mismas Escrituras diciendo: «¡Vete Satanás! pues
escrito está» (Mt. 4:10). Esta doctrina se conecta con el evangelio porque
son las buenas noticias las que destruyen el orgullo humano y toda
pretensión de autoridad humana que intente hablar por el Creador. La doctrina
de sola Scriptura
enseña que la máxima autoridad para dictar lo
que es verdadero y lo que es bueno recae únicamente en la revelación de Dios en
Biblia. Contrario a esto, el catolicismo romano cree que el
fundamento de la fe está constituido por la Biblia más la Tradición
de la iglesia (enseñanzas de papas y concilios).
•SOLUS CHRISTUS: La
salvación se encuentra sólo en Cristo, excluyendo así todo otro camino para
llegar a Dios (Hechos 4:12).
«En ningún otro hay
salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres,
en el cual podamos ser salvos» (Hch. 4:12). El evangelio nos enfoca en la persona de Cristo, solus Christus
, como nuestro
perfecto Salvador. La doctrina de solus Christus
enseña que
nadie puede añadir a la obra redentora de Cristo. Él es suficiente. La Iglesia
Católica Romana enseña que los creyentes pueden ir al purgatorio, lugar
en el que son purificados al pasar por castigos temporal antes de entrar al
cielo. En el tiempo de la Reforma el papa ofrecía «indulgencias» que
otorgaban a los creyentes los méritos de Cristo, María y los santos,
para acortar su castigo en el purgatorio. Sin embargo, si el purgatorio es
real, entonces la obra de Cristo fue incompleta.
•SOLA GRATIA: La
salvación es un don de Dios. Por tanto, es algo que el pecador recibe de forma
inmerecida basada en los méritos de Cristo alcanzados durante su vida, muerte y
resurrección (Efesios 2:8).
«Por gracia habéis
sido salvados»; «pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra
manera la gracia ya no es gracia» (Ef. 2:8; Ro. 11:6). El evangelio es comúnmente
llamado «el evangelio de la gracia», porque sin la gracia el evangelio
deja de ser buenas noticias. La doctrina de sola gratia
enseña que el
hombre, puesto que está muerto espiritualmente, no puede (y
no quiere) reconciliarse con Dios; por lo tanto, Dios nos salva
solamente por su gracia soberana, sin cooperación humana. La Iglesia
Católica Romana enseña erróneamente que es necesaria la
cooperación humana (fortalecida por la gracia) para que Dios nos salve.
•SOLA FIDE: La
salvación sólo puede ser recibida cuando ponemos nuestra fe en Aquel que murió
por nosotros, excluyendo la posibilidad de que nuestras obras puedan contribuir
(Efesios 2:8-9, Romanos 3:28).
Pablo claramente
afirmó que «el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la
ley» (Ro. 3:28). El evangelio proclama ¡sola fide!; la dulce
noticia de que Dios ha llevado a cabo la salvación, al costoso precio de
ofrecer a su Hijo como sacrificio por el pecado, para que nosotros podamos ser
rescatados gratuitamente. La doctrina de sola fide enseña que la
salvación se obtiene solamente al poner nuestra fe en que Jesucristo
sufrió el castigo que nosotros merecíamos por nuestros pecados. Al confiar en
Jesús, nosotros somos considerados justos delante de Dios por la justicia
de Cristo. La Iglesia Católica Romana enseña que la salvación se
obtiene por fe más los méritos de las buenas obras, contradiciendo así la
verdad de las Escrituras.
•SOLI DEO GLORIA: El
propósito de la salvación que recibimos es glorificar a Dios; poner de
manifiesto las excelencias o virtudes de su carácter (Efesios 1:4-6; 1 Pedro 2:9).
Dios declaró
firmemente: «Yo soy el Señor, ése es mi nombre; mi gloria a otro no daré,
ni mi alabanza a imágenes talladas» (Is. 42:8). El evangelio naturalmente nos lleva a declarar: ¡soli Deo gloria
! La gloria le
pertenece exclusivamente a Dios. Ya que su Palabra es la máxima autoridad,
su salvación es solo por gracia por medio de la fe y su redención en
Cristo es la única manera de salvación, nosotros debemos concluir: la gloria
debe ir exclusivamente al Padre, Hijo y Espíritu Santo. A diferencia de la
Iglesia Católica Romana, no debemos dar lugar a la glorificación de
nuestros méritos, de la institución de la Iglesia, del papa,
de María, de los santos, o de imágenes talladas. Solo a Dios le
pertenece la gloria.
Estas frases
representan el corazón de la teología reformada, y resumen verdades no
negociables del evangelio. La fortaleza de una iglesia depende de las verdades
que la sustentan, y de ahí que toda iglesia bíblica necesite no solo abrazar
estos principios, sino también proclamarlos de una manera que garantice que
estos sean pasados a la próxima generación.
Lamentablemente,
muchas iglesias han asumido estos principios y han dejado de proclamarlos con
claridad y frecuencia. Con el tiempo, todo lo que es asumido va siendo olvidado
poco a poco. Nuevas generaciones en los últimos 200 años desconocen parcial o
completamente toda la historia detrás de esta teología, y poco a poco fueron
desarrollando una teología liberal (a final del siglo XIX), o un pragmatismo
ignorante de la centralidad de la gloria de Dios en el plan de redención
(segunda mitad del siglo XX).
Hoy vale la pena
recordar además de el ejemplo de fe inquebrantable de los pre reformadores, así
como los reformadores del siglo XVI; la vida y obra de Juan Calvino el gran
teólogo francés que da un orden al pensamiento reformado.
1. El compromiso de Calvino para la
proclamación de la gloria de Dios
2. La determinación de Calvino por colocar a Jesucristo
en el centro de todo nuestro pensamiento y vida.
3. El énfasis de Calvino en la obra del Espíritu
Santo en la creación y la salvación
4. El compromiso de Calvino con las Escrituras.
Para Calvino, la Biblia está en el corazón de la vida de la iglesia, para ser
leída y estudiada siempre por cada miembro del pueblo de Dios. Está allí para
ser enseñada dentro de la iglesia, a la cual él describe frecuentemente como
“madre” y “escuela” de nuestra fe.
5. La determinación de Calvino de que la voluntad
de Dios deberá realizarse en todas las áreas de la vida.
6. La insistencia de Calvino en el don de Dios de
la creación. La voluntad de Dios para el florecimiento de la creación es la
medida constante del compromiso de la humanidad y la sociedad con el mundo
creado en todo su misterio y profundidad. Los puntos centrales de esta visión
son una afirmación fundamental de la igualdad humana y la celebración de las
diferencias entre las personas.
7. La insistencia de Calvino en que la iglesia
es llamada a discernir, de manera creativa, su relación con los principados y
poderes del mundo.
8. El compromiso de Calvino con la unidad de la
iglesia. Calvino experimentó el apasionado y consistente compromiso con la
unidad del cuerpo de Cristo en la realidad de una iglesia ya fragmentada.
Finalmente,
sencillos consejos que todos debemos llevar a cabo para que estas enseñanzas
sean y hagan un verdadero cambio en nuestras vidas:
Arrepentimiento y creer
en el evangelio.
Estudio de la Santa
palabra de Dios.
Dedicar tiempo a la
Oración (en casa, en el trabajo, en la iglesia)
Buscar la paz con todos
y la santidad.(alejarnos de toda especie de mal, dejar la murmuración,
someternos a las autoridades ((Esposo, Padres), (Oficiales, Presbíteros), (Maestros,
Jefes, Patrones, etc.))
Participar de la unidad
del Cuerpo de Cristo, asistiendo puntualmente a las actividades de la Iglesia,
participando activamente de la obra de Dios, buscando el Reino de Dios y su
justicia.
Proclamando con el
testimonio, el ejemplo, y con la boca la gratitud hacia Dios por lo que ha
hecho con nosotros.
Mostrando el fruto del Espíritu: caridad,
gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.
Excelente final de
un instituto que nos deja a todos satisfechos con toda la información que hoy
tuvimos la alegría de recordar.
Es digno de resaltar
que además de las predicaciones a lo largo de los estudios tuvimos breves
semblanzas de los principales reformadores que fueron expuestos por las
organizaciones de nuestra amada Iglesia Bethel.
Soli Deo Gloria
RC