sábado, 30 de noviembre de 2019


03 de Noviembre 2019

El ejemplo en la vida del profeta Elías debería de ser para el cristiano un ejemplo ante las adversidades, pues nos demuestra una fe y confianza inquebrantable en los momentos de decisión al defender en lo que creemos. Justamente de esto trata la predicación de este día del Señor.
La manifestación gloriosa de Dios luchando contra ídolos y dioses que ningún poder tienen ante el Creador de todo el universo. Dios siempre se allega de hombres fieles que prediquen su palabra y llamen al arrepentimiento, el ejemplo de Elías y su lucha contra los sacerdotes que habían manchado su pueblo llevándolo a prevaricar contra Dios.
¿Cuáles fueron los resultados de este hecho tan extraordinario?
La respuesta no se hizo esperar:
(1) Israel respondió: ¡Jehovah es Dios! ¡Jehovah es Dios! Esta aclamación, alegre y segura, es una expresión de verdadera adoración; fue hecha con admiración y temor, como un reconocimiento de la soberanía del Señor Jehovah.
2) El juicio de Dios tampoco se hizo esperar. ¿Parece muy dura y cruel la pena de muerte para los falsos profetas? La ley establecía que los idólatras debían ser castigados con la muerte (Deut. 13:6–11; 18:20). Algunos piensan que este castigo es contrario al espíritu de gracia del evangelio. No obstante, debemos recordar que Dios es amor pero también es justicia.
Con todo, hay que recordar, además, que las prácticas sanguinarias de algunos de los hombres de Dios en el Antiguo Pacto obedecían también a las costumbres en boga durante el día; reflejaban el común comportamiento de sus tiempos. Solo hay que leer de nuevo algunas historias en torno a Saúl, David y otros para comprobar que tal era el caso. No hay que justificar prácticas cruentas y salvajes como si fuesen la perfecta voluntad de Dios para hoy; hay que recordar que Elías no tenía la revelación de Dios en Jesucristo.
Pese a ello, vale la pena elogiar la conducta del profeta Elías. ¡Cuán asombrosa es su fidelidad a Dios! No le importa que toda una nación como Israel sea odiosa a los ojos de su Dios. ¡Cuánto luchó, hasta para derrotar a su pueblo, si éste no era fiel a Dios! Si en alguna cosa podemos estar de acuerdo con la perversa Jezabel, es en ver a Elías como su enemigo más peligroso. ¡Cuántos Elías nos hacen falta hoy en el pueblo de Dios!
A veces el Señor nos pone en lugares y circunstancias difíciles que son a la vez lugares estratégicos de servicio y circunstancias temerosas y riesgosas. Nuestra respuesta a la dirección del Señor puede ser la clave en el cumplimiento de su voluntad en la vida nuestra y en la de su pueblo.
Excelente mensaje que nos llena de esperanza en momentos en que doctrinas y pensamientos que nada tienen que ver con la Palabra de Dios inundan el mundo a través de nuevas tecnologías al alcance de cualquiera.
Soli Deo Gloria
RC



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