Elías Thisbita

Fue un profeta apegado a la palabra de Dios, obedeció y fue enviado a proclamar, es un heraldo, fue profeta y fue considerado por que era un hombre de oración. Los escritos en los libros históricos se refieren a Él como un hombre de Dios, porque vivía conforme al mandato de Dios.
¡Apártate de aquí! 1º de Reyes 17.2 El éxito en la vida de Elías consistió en la obediencia, el mandato de Dios lo cumplía, oír la voz de Dios y obedecer a Dios es la clave.
¡Y vuélvete al oriente! 1º de Reyes 17.2 Muy probablemente había un poco de agua en el arroyo de Cherith, ¡Escóndete! 1º de Reyes 17.2 Allí tendrás una experiencia difícil pero yo estaré contigo, vas a beber del arroyo y yo he mandado a los cuervos que te den de comer. La providencia de Dios es inmensa cuando le obedecemos. 1º de Reyes 19.5 Un ángel tocó a Elías y le dijo, levántate come. Esta es la forma milagrosa en la que Dios actúa. ¿Cuántas veces Dios manda a sus ángeles y no los vemos? En estos tiempos hay amenazas, de escases, carestía y ya se han visto afectados negocios, empresas y se quejan por millones de pérdidas, a pesar que no ha habido escases de alimentos como en otros lugares y en otros tiempos.
Creemos que Dios salvó la vida de su profeta y manifestó su soberanía e hizo uso de su gracia bendita, para sostener en esos tiempos tan difíciles a su siervo. Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová, y los cuervos lo alimentaban y bebía del arroyo. El Señor todo poderoso provee. Después de esto lo mandó a Sarepta a una mujer viuda y su hijo, una familia de escasos recursos, pero Dios tenía su plan, porque Dios ya lo ha planeado todo, los bienes de la mujer solo consistían de una botija de aceite y un poco de harina. Dios quería obrar su milagro como lo quiere hacer hoy en día con todos nosotros, Dios tiene sus propósitos. Vemos que Elías fue obediente a la palabra de Dios, Dios alimentó a la mujer (que también fue obediente), al hijo y al siervo de Dios.Confiemos en esta promesa del Señor, acompañemos la obediencia con fe, no quitemos la mirada de las cosas de arriba, que el Señor nos acompañe y dirija hoy y siempre y obedezcamos su Palabra.